viernes, 2 de julio de 2021

TRES TRAYECTOS INVESTIGATIVOS

VISIÓN GENERAL DEL TRAYECTO INVESTIGATIVO DESDE UN ABORDAJE FENOMENOLÓGICO, CRÍTICO-DIALÉCTICO O INTEGRAL HOLÓNICO 


Generalmente se piensa que el primer paso en una investigación es la selección del método. Contrario a eso, clarificar la visión de la realidad de estudio prevalece. Ésta se convierte en punto de partida vinculándola al abordaje epistemológico según el fin último de la ciencia. Esto ayuda a mantener un discurso coherente, proporciona elementos para una mejor defensa del trabajo, garantiza la coherencia y validez de constructo en la articulación del conocimiento. En la investigación cualitativa existen abordajes epistemológicos inconmensurables con el paradigma positivista: fenomenológico, crítico-dialéctico e integral holónico. Estas concepciones científicas tienen su propia lógica, lenguaje, metodología y técnicas; cuyo trayecto investigativo orientado onto-epistémicamente delimita al objeto-sujeto de estudio así como al entorno que le sirve de contexto.

 

Introducción

La investigación en el ámbito social y específicamente en el educativo, parte del surgimiento de innumerables enfoques, posturas y puntos de vista divergentes que han dado pie para que el profesional investigador en las áreas sociales se cuestione y reflexione sobre el abordaje epistemológico seleccionado para intervenir la realidad de estudio.  Este escrito tiene como objetivo profundizar sobre el enlazamiento coherente de los aspectos relacionados al trayecto de la actividad científica, que supere la polémica confusión de carácter epistemológico, metodológico que imprime un nivel de complejidad y dificultad al tema de investigación social desde los paradigmas emergentes.

A lo largo de la historia académica, el trayecto investigativo se ha vivido bajo la hegemonía de los fundamentos del paradigma positivista, cuya finalidad es la de explicar los hechos, Según González Moena (1997) bajo las condiciones de “la objetividad, la distancia sujeto-objeto, la neutralidad, la formación de leyes generales, etc. aparecen seriamente cuestionados.” Este autor acota que:

 

“El cuestionamiento del pensamiento positivo determinante dio lugar a una desabsolutización de las categorías epistemológicas que lo sustentan y permitió la reaparición de la subjetividad, el indeterminismo, la imprensibilidad, la incertidumbre. También permitió romper con la sacralización de la razón abstracta en tanto garante absoluto de todo conocimiento”. (p 42)

 

Por lo que las diferentes cátedras universitarias que confrontan al hecho investigativo, se dedican a formar a los profesionales científicamente para que innoven frente al cambio y desarrollen las habilidades de solucionar problemas socioeducativos bajo principios y valores académicos que sustenten al ser y al quehacer de la investigación cualitativa, cubran las demandas de una mayor calidad y pertinencia  de la educación en todos sus niveles, enfrenten así el desafío de ampliar el alcance de un pensamiento abarcador y operar de manera más holística e integradora.

 

Igualmente, la investigación desde el paradigma cualitativo se aborda fortaleciendo el perfil del sujeto investigador, intensificando su rol de investigar, con una preparación profesional idónea y una actualización de sus saberes en espacios reflexivos sobre las diferentes formas de abordar una realidad de estudio, que sean coherentes desde sus elementos teóricos aportados por las disciplinas, los parámetros metodológicos y epistemológicos para generar el hecho investigativo y la realización del informe.

 

Pero, ¿cuál es la lógica que debe estar presente a lo largo del trayecto de una investigación cualitativa de acuerdo a cada uno de los paradigmas emergentes y en la subsecuente estructuración del informe? ¿Cómo se refleja esa lógica? Desde este punto de partida y por el surgimiento de innumerables enfoques, el investigador se plantee estos interrogantes y se le exige la asunción de una postura que propicie la comprensión de la investigación cualitativa y sus dimensiones teórica, epistemológica y metodológica a través de la reflexión y la búsqueda de la construcción de los saberes.

 

 

Abordajes Epistemológicos

 

“Cada abordaje epistemológico tiene su TELOS”. Gómez  (2018)

 

Entre los diferentes enfoques epistemológicos, inconmensurables con el paradigma positivista, se mencionan el abordaje fenomenológico, el crítico-dialéctico y el integral holónico. (Figura 1). Cada una de estas concepciones científicas tiene su piso epistémico, su concepción teleológica o “telos”, su lenguaje, su metodología, métodos y técnicas propios, que le dan coherencia al trayecto investigativo y lo blindan a la hora de la defensa.

 

La realidad de estudio seleccionada por el sujeto investigador contiene la primera premisa que se convierte en punto de partida del proceso investigativo. Ésta ayudará a configurar el blindaje del mismo desde su comprensión hasta la orientación de los constructos teóricos y del trayecto metodológico.


 Figura 1: Enfoques epistemológicos y actitud investigativa. Fuente: Gómez (2015)

 Generalmente se piensa que el primer paso en una investigación es la selección del método. Contrario a eso, se debe clarificar primero la visión de la realidad de estudio sobre la que se tiene interés investigativo. Esta realidad responde a una inquietud, una aspiración o una necesidad de un colectivo o comunidad. El investigador reflexiona sobre las razones que justifican su selección y resalta cuán pertinente o relevante es el problema o fenómeno de estudio seleccionado en el contexto local,  regional, nacional e internacional. 

 

En esta etapa revisa los referentes empíricos y teóricos que le permiten centralizar la temática, fenómeno y/o problema objeto de estudio. Es imperativo tener presente que un proceso investigativo comienza por este paso: seleccionar y contextualizar la realidad de estudio para luego vincularla a un abordaje epistemológico de acuerdo con el fin último de la ciencia, preguntándose “¿qué quiero hacer con esa realidad?” (ver Figura 1). Este aspecto, luego de ser bien definido, ayudará a mantener un discurso coherente y guiará todas las características del proceso.

 

La garantía de calidad vinculada a la verdad procedimental y validez de constructo es dada en primera instancia por la vinculación de la temática de estudio seleccionada con el fin último de la ciencia o abordaje que guiará el proceso. Esta estructura le confiere una postura sólida al investigador, le proporciona elementos para un mejor argumento sobre su trabajo y garantiza la coherencia y la validez de constructo en la articulación del conocimiento que fluye en sintonía con el enfoque epistémico seleccionado.

 

Enfoque investigativo bajo el paradigma crítico-dialéctico o socio-critico

 

Si el investigador pretende transformar la realidad, entonces su abordaje investigativo sería el crítico-dialéctico o socio-critico, cuyo fin último es la transformación de una situación, escenario, ambiente o entorno. La orientación epistemológica de este abordaje parte de los postulados de la ciencia crítica, una racionalidad desarrollada por los teóricos de la escuela de Frankfurt y posteriormente por Jürgen Habermas y Karl Otto Apel. Entre los continuadores de las premisas de Habermas y Apel, están los discípulos de Adorno: Negt, Honnet, Bernstein y Taylor, entre otros.

Los aspectos más resaltantes de este abordaje son el trabajo de emancipación de un grupo o colectivo que debe atravesar una fase de autoconciencia reflexiva, de retorno crítico a sí mismos y una dialéctica que hace se contrasten las contradicciones emergentes que configuran su cultura y su realidad. Una preocupación por la interacción social mediada por el lenguaje, Habermas (2003). El proceso está orientado en un sentido de emancipación a través de los intercambios o interacciones comunicativas, la práctica de la autorreflexión crítica o “reflexión trascendental”, participación activa y colaborativa, generando cambio y transformación de su entorno.

Como dice D´Agostini (1997):

“Una ética del discurso, concebida por Habermas como complemento de la teoría de la acción comunicativa, se encuentra inspirado en el pensamiento apeliano. En particular, la idea de una comunidad de la comunicación como trasfondo regulativo de un saber crítico, que construya la razón, pero que indique también la dirección para la praxis político-social”  (p. 427) 

El método por excelencia de este enfoque es la investigación-acción participativa o I.A.P. (Ver Figura  2), que a través de la técnica de grupo focal o dinámica grupal, parte de la detección de una necesidad sentida seleccionada por consenso y contextualizada especificando las condiciones críticas que se requieren transformar. Su marco teórico-referencial sirve de apoyo al diagnóstico participativo, que lleva a la teoría preliminar y es el punto de partida en la configuración del plan estratégico de acción.

 Figura 2: Fases de la Investigación Acción ParticipanteFuente: Gómez (2008).

Durante la ejecución del plan se aplica la técnica de observación participante. A la muestra se le denomina voluntarios/coinvestigadores, individuos dispuestos a participar con los involucrados en la totalidad del proceso. Estos siguen un cronograma de actividades envueltos en la espiral reflexión-acción-reflexión que culmina en la fase evaluativa de todo el proceso. Se corrobora la transformación y se compara con el plan original, realizando las modificaciones pertinentes durante el monitoreo hasta alcanzar la generación de la teoría final con sus conclusiones y recomendaciones.

La validez de este tipo de investigación es proporcionada por los principios de sentido y comprensibilidad, verdad, veracidad y adecuación dados en el argumento y la  argumentación, obligados a tener un significado intersubjetivamente válido, respetando las normas de interacción comunicativa hasta llegar al consenso.

Enfoque investigativo bajo el paradigma fenomenológico

Por otro lado, si el sujeto investigador  pretende interpretar la realidad de estudio con el fin último de comprenderla, entonces el abordaje epistemológico será el de la fenomenología. Este enfoque no sólo se basa, a decir de Edmund Husserl citado en Szilazi (2012),  en las experiencias humanas vividas sino que se atiene exclusivamente a ello.

No se limita a la experiencia que reduce al mundo a un conjunto de pensamientos,  se trata de “ir a las cosas mismas” literalmente, al estudio de los fenómenos, al dato de la conciencia/la vivencia y su objeto, lo dado, lo que se muestra a sí y en sí mismo tal como es. Es decir, un elemento irreductible, originario, donde la intuición es el instrumento del conocimiento y lo que aparece es posible por la intencionalidad de la conciencia.

Este análisis husserliano de las vivencias intencionales, toma en cuenta los conceptos de 1) Noema  o contenido de la conciencia (lo noemático, la intencionalidad, elemento irreal, intencional, contenido de la vivencia de la conciencia, sea real o ideal); 2) Noesis,  o expresión del noema (lo noético, elemento real de la conciencia, la vivencia o hecho en sí de la conciencia); y 3) Hylé (materia) o datos hiléticos, "materia prima" principio opuesto, complementario o exclusivo de  la forma o esencia (lo hilético, datos sensibles, lo sensible). (Ver Figura 3). Estos conceptos son esenciales y se explican recíprocamente, es decir, las relaciones del objeto de estudio son eidéticas y configuran la estructura noético-noemática de las vivencias. 

Figura 3: Estructura Noético-Noemática de la Vivencia Intencional. Fuente: Gómez (2020).

Por otro lado, el sentido de la epojé o reducción, procedimiento gnoseológico que desempeña un papel transversal en el trayecto investigativo donde no se pasa de lo individual a lo universal, sino simplemente a lo general, a través de un proceso intuitivo-eidético que eleva a la visión del eidos o esencia de la cosa. Se llega ahí a través de la reducción eidética: eliminación de lo subjetivo, exclusión de lo teórico y suspensión de la tradición, Bochenski (2011).

La reducción o epojé es una puesta entre paréntesis, no significa negación, significa que el sujeto investigador debe asumir una actitud objetiva frente “a lo dado”. Se trata de la eliminación momentánea de toda hipótesis, teoría o cualquier otra forma de conocimiento previamente adquirido. También excluye la tradición de juicio de los expertos, por lo que la validez es interna. Se busca el eidos, la esencia, el “qué” de cada objeto. Luego la reducción trascendental o fenomenológica pone entre paréntesis el mundo entero o sea todo lo que no es la conciencia.

Este tipo de investigación se hace bajo un proceso inductivo, no lineal, su muestra es intencional, teórica más que numérica. Se busca profundidad conceptual desde las unidades de análisis o códigos (noemas) que surgen de los diálogos con los sujetos de estudio o informantes clave, o de los escenarios observados.  Sus técnicas para la recolección de información son la entrevista abierta a profundidad y la observación participante. El procesamiento y tratamiento de la data se hace generalmente con las técnicas de codificación, categorización y triangulación que lleva a la condensación conceptual y le otorga profundidad a la síntesis hermenéutica que emerge de este tipo de proceso: una gran red de relaciones de significados expresados noéticamente.

Los métodos son diversos: la fenomenología hermenéutica, el interaccionismo simbólico, la etnografía, la etnometodología, la hermenéutica pura y la historia de vida, entre otros. Todos producen datos descriptivos desde las propias palabras de las personas, habladas o escritas, y la conducta observable. No hay predicciones ni apriorismos.

Enfoque investigativo bajo el paradigma integral holónico

Si el sujeto investigador pretende como “telos” tener una visión integral de la realidad de estudio, el paradigma a seleccionar será el integral holónico.

Este paradigma orienta la investigación con una perspectiva interdisciplinaria e integra el holón humano en sus dimensiones individual, colectiva y territorial (ver Figura 4). El sujeto investigador construye el conocimiento sobre las vivencias con la realidad de estudio en sus ámbitos fenomenológico, etnográfico y positivista.


Figura 4: Metodología de la intersección de los cuatro cuadrantes de Ken Wilber: Modelo AQAL.   Fuente: Wilber (2007) adaptación Gómez (2016).

Como producto de este proceso se desarrolla una cartografía contextualizada de la temática seleccionada con la metodología de la intersección de los cuatro cuadrantes o Modelo AQAL de Wilber (2007) citado en Gómez (2016).

 En este mapa de la conciencia, el cuadrante superior-derecho es de concepción positivista-conductual, el que registra el comportamiento medible-observable y proporciona una visión objetiva y empírica de lo individual. La técnica por excelencia utilizada en este momento de la investigación es la encuesta.

 Por  otro lado, está el cuadrante superior izquierdo, de corte fenomenológico-experiencial, donde se interpreta la significación sobre la experiencia de los sujetos de estudio con el fenómeno objeto de la investigación, correspondiente a su interioridad, la relación entre la mente y el contenido de conciencia o noemas. En este cuadrante la técnica de recolección de información serían las entrevistas abiertas y a profundidad.

A su vez, el cuadrante inferior izquierdo, de carácter etnográfico-cultural, interpreta las visiones, valores e imagen colectiva que comparte el grupo de estudio culturalmente en su espacio y contexto. La técnica que favorece estos hallazgos es la observación participante.

 Finalmente, el cuadrante inferior derecho, de corte positivista donde se estudia el fenómeno social del sistema/entorno objeto de estudio, permite comparar la atmósfera de interacción de los sujetos que conforman la muestra y sus condiciones determinantes en cuanto a infraestructura, geografía y aspectos legales de la actividad que ellos realicen. Las técnicas que se sugieren son la revisión documental y el estudio comparativo.

 En un ámbito integracionista, el sujeto investigador interrelaciona las tendencias de comportamiento y significaciones de los sujetos que conforman su muestra en cuanto a los cuadrantes individuales y colectivos en los escenarios que se elijan. Seguidamente se elabora una cartografía donde se utiliza el concepto de holarquía u holoarquía, entendida como un sistema integrado de orden natural creciente, en la que la totalidad (holón) de un determinado nivel forma parte de la totalidad del siguiente nivel, libre de toda significación de superioridad o jerarquía. La holarquía cartografiada en un estudio de esta naturaleza descubre al ser en su unidad cuerpo-mente-espíritu-mundo.

Consideraciones Finales

 En cada uno de estos abordajes, el trayecto investigativo debe estar orientado por una reflexión onto-epistémica que defina al objeto-sujeto de estudio, los constructos y conceptos que se relacionan con él y se contextualicen en su realidad. Luego, se definen las teorías que apoyan el estudio, como fundamento o referencia en la concepción tanto del objeto-sujeto como del entorno que le sirve de contexto.

En cuanto a la construcción teórico-metodológica, luego de establecer la perspectiva epistemológica que orienta al estudio, se define el cuerpo teórico derivado del paradigma que ha sido seleccionado. Así mismo, se determinan los conceptos clave, relacionados a la realidad a intervenir y los aspectos legales, si los hubiere. Se especifica la ruta metodológica más adecuada para dar respuesta a las interrogantes orientadoras, objetivos o propósitos, con el método, técnicas e instrumentos para la indagación y procesamiento de los hallazgos que se correspondan con el enfoque seleccionado en la construcción o generación del nuevo conocimiento.

En definitiva, esta experiencia implica desafiar paradigmas con una actitud coherente y con una conciencia expandida. Un sujeto con formación científica percibe a la ciencia emergente como una experiencia que comprende conceptos y principios científicos de acuerdo a la perspectiva paradigmática seleccionada que exige el abordaje que le guía, bien sea hacia una aproximación teórica transformadora, a una representación de la realidad o a una visión integral de la misma.

Referencias Bibliográficas 

Bochenski, J. (2011). On the system, en P. Weingartnery G. Dorn (comps), Studies on Mario Bunge´s Treatise. Amsterdam-Atlanta, Rodopi.

D´Agostini, F. (1997). Analíticos y Continentales: Guía de la filosofía de los últimos treinta años. Madrid. Cortina Editore.

Gómez, S. (2015). “Significado de las terapias de medicina ancestral yagé o ayahuasca para la tribu urbana de yageceros o ayahuasqueros”.  3er. Congreso Venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación. LOCTI-PEII. Ponencia sobre Fenomenología.  Caracas. Venezuela. Observatorio Nacional de Ciencia y Tecnología e Innovación.

_________  (2016).  Visión integral holónica de la experiencia enteogénica con yagé o ayahuasca. Holarquía cartografiada desde las tribus urbanas de yageceros o ayahuasqueros en Carabobo, Lara y Miranda”.  1er. Congreso Internacional de Investigación en educación. II Jornadas divulgativas de producción intelectual de profesores e investigadores de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo. Ponencia sobre Paradigma Integral holónico.  Valencia. Venezuela.

González Moena, S. (1997).  América Latina y complejidad. En González Moena, S. (comp.)  Pensamiento  complejo.  En  torno  a  Edgar  Morín,  América  Latina  y  los  procesos educativos. Santa Fe de Bogotá: Magisterio González Moena, S. (Comp.)Traducido del artículo publicado en Passages, París, 2011.

Habermas, J. (2003). Acción Comunicativa y razón sin trascendencia. Paidós, Barcelona.

Szilazi, W. (2012). ¿Qué es la ciencia? Fondo de Cultura Económica, México

Wilber, K. (2007). Una teoría de todo. Editorial Kairós,  Barcelona. España.

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