Paso
VII:
Interpretar el significado oculto de
los fenómenos
Con considerable
incertidumbre
presento
la posibilidad de un paso final en el procedimiento fenomenológico. Esta
indecisión se
debe no solo al hecho de que Husserl nunca lo alentara,
aunque tampoco no parece haberlo rechazado
explícitamente, sino que se ha hecho muy poco para dilucidar la naturaleza del
método empleado. Su demostración más completa y
explícita aún se puede encontrar en Seide und Zeit de
Heidegger.
Sin
embargo, la influencia de la fenomenología hermenéutica de Heidegger y su
aplicación modificada por Sartre y Merleau Ponty hacen que sea apasionante
explicar
lo mejor
posible
lo que puede significar una fenomenología
hermenéutica y lo que podría agregar a los pasos
anteriores. No es necesario decir que
el mismo
Heidegger
no lo concibe como un paso adicional, especialmente porque ni siquiera menciona
los pasos anteriores explícitamente; él denota que
son prescindibles, si no completamente engañosos, como lo es, a sus ojos, la
reducción fenomenológica de Husserl.
La hermenéutica es un intento de
interpretar el "sentido" de ciertos fenómenos.
Sin duda, incluso la fenomenología prehermenéutica
o "descriptiva" no ha sido despreocupada por
los significados. De hecho, todo el
estudio de las estructuras intencionales consistió en gran medida en un
análisis interpretativo y una descripción de los significados de nuestros actos
conscientes.
Porque no solo nuestro comportamiento intencional sino
toda nuestra vida cognitiva y emocional, como lo ve la fenomenología, están llenos de significado e intenciones
significativas. Ninguna descripción puede excluirlos,
aunque puede abstenerse de aceptarlos al pie de la letra. Así, la fenomenología
hermenéutica debe apuntar a algo diferente y más ambicioso: su objetivo es el descubrimiento de
significados que no se manifiestan inmediatamente a nuestra intuición, análisis
y descripción. Por lo tanto, el intérprete debe ir más allá de lo que se le da
directamente. Al intentar esto, tiene que usar lo dado como una pista
para los significados que no se dan, o al menos no se dan explícitamente. Uno
podría sospechar que tal labor equivale al tipo de hipótesis
explicativas que la fenomenología descriptiva se propuso abolir, y que por lo
tanto implica un abandono completo de los principios fenomenológicos. Para
defender su derecho fenomenológico, uno debería mantener que la interpretación
hermenéutica no es una mera inferencia
constructiva sino una revelación de significados ocultos,
o como mucho una verificación intuitiva de las
anticipaciones sobre las capas menos accesibles del fenómeno,
capas que pueden descubrirse, aunque no se manifiesten de
inmediato.
La "analítica"
del ser humano de Heidegger (Dasein) y el psicoanálisis existencial de
Sartre proporcionan
los principales ejemplos de tales interpretaciones. Heidegger toma ciertas
estructuras del ser humano, como los estados
de ánimo fundamentales, como señales (Anzeichen) de
cierto significado
que claramente no se manifiesta de inmediato, a saber, la
"preocupación" (Sorge)
por ser y, en última instancia, ser-para-la-muerte (Sein-zum-Tode). Esta
interpretación no se
lleva a cabo con el espíritu de una hipótesis
con posibilidad de confirmación o invalidación posterior.
Lo que es tan frustrante sobre las interpretaciones de Heidegger es su tono
apodíctico, que no parece permitir ninguna alternativa o verificación crítica.
La única explicación significativa para este hecho parece ser que Heidegger
simplemente informa lo que, como resultado de sus propias interpretaciones
reveladoras, se le ha revelado como el veredicto incuestionable de los
fenómenos mismos, una vez que han sido sometidos a su escrutinio
interpretativo. - Debería hacerse una afirmación similar para el análisis de
Sartre sobre
los
proyectos existenciales del hombre.
Para
Sartre también, cuando se refiere a las elecciones fundamentales de los
seres humanos, se puede apelar
solo a cualquier evidencia intuitiva que tales interpretaciones puedan mostrar
en última instancia como resultado de la intensificación y profundización de la
intuición que el “acto
de descifrar" los fenómenos exige.
Gómez, 2020 |
¿Qué
puede un
fenomenólogo
no comprometido decir a esta altura a favor de
una adición hermenéutica a la fenomenología?
Ciertamente, hay razones para admitir que no todos los significados de la experiencia y el comportamiento humano
son accesibles de inmediato. La fenomenología siempre ha sido consciente de
esto e incluso ha enfatizado el hecho de que las áreas focales
de
claridad en nuestra imagen del mundo están rodeadas de halos de vaguedad e
indefinición. Y algunos
de
estos halos no solo son temporales y
accidentales sino esenciales,
basados en
la estructura misma de dicho conocimiento. La pregunta es si, aparte de las
hipótesis explicativas, tenemos medios para extender nuestro acceso a significados ocultos,
y en particular si la fenomenología puede
poner a nuestra disposición una nueva herramienta para ampliar nuestro acceso a
fenómenos que normalmente están fuera de nuestro alcance inmediato, sin que
abandonemos todos estándares de disciplina y rigor fenomenológico.
Hasta
ahora, los ejemplos de tales extensiones no son muy alentadores. En cualquier
caso, hasta que las anticipaciones de la hermenéutica
puedan estar seguidas por una aclaración que
hará que la claridad intuitiva sobre ellas sea completa, hay muchas esperanzas
de una genuina expansión del alcance de la fenomenología
"descriptiva". A falta de esto, tendremos que recurrir al método
estándar para la verificación indirecta de hipótesis tal como se practica en
las ciencias inductivas. En cualquier caso, habrá que hacer un gran esfuerzo
para lograr
que
las interpretaciones agudas y a
menudo sorprendentes de los fenomenólogos hermenéuticos sean más accesibles a
las verificaciones de parte de sus pares fenomenólogos críticos
pero aliados.
En
este
sentido y en esta medida, debemos mantener las puertas abiertas para un posible
enriquecimiento de la fenomenología descriptiva. Además, hay buenas razones
para desearle a su extensión hermenéutica todo el éxito posible. Ha habido una
desilusión e impaciencia comprensibles con la fenomenología más antigua sobre
la base de que, en su purismo descriptivo, había dado la espalda a los
problemas de la existencia humana y a la situación
del hombre en un cosmos enigmático. Cualquier significado que tal existencia y
tal cosmos puedan
contener
apenas están
en la
superficie. Nuestra mejor, aunque dudosa esperanza, parecería estar en un
método que utilice nuestros recursos disponibles hasta su límite. No se puede
prohibir al hombre, fenomenólogo o no, buscar la mejor respuesta disponible
para preguntas ineludibles, aunque la respuesta
sea
solo que no
hay ninguna. Solo él debe ser consciente de que lo que puede ganar en
profundidad, es probable que pierda en una claridad convincente. La
fenomenología hermenéutica tiene al menos el derecho de intentarlo.
Pero
tal intento, si no está respaldado por credenciales adicionales, difícilmente
debería navegar bajo la bandera de la "ciencia" fenomenológica.
Quizás ni siquiera debería navegar bajo la bandera de la filosofía. En
realidad, esta parece ser la propia conclusión de Heidegger, aunque por razones
bastante diferentes.
*****
***
Tomado y traducido de:
Herbert Spiegelberg (1971). El Movimiento Fenomenológico.
UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA. SEGUNDA EDICIÓN-Volumen II
Parte XIV. LOS ESENCIALES DEL MÉTODO FENOMENOLÓGICO.
La Haya, Países Bajos: Martinus Nijhoff Publishers.
[Síntesis]
Páginas 694-698
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Nota: Las imágenes, los subrayados, lo resaltado, los corchetes y las viñetas no pertenecen al texto original pero se establecen con fines didácticos y estrictamente referenciales.
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